



Es incomprensible lo que el día jueves 30 de septiembre el Ecuador vivió por parte de miembros de la POLICIA NACIONAL, los mismos que son llamados a la protección y cuidado de los ciudadanos como parte integral de un gran Estado, pero supuestos intereses de un grupo de malos elementos de esta Institución ha demostrado una vez más la falta de civismo y la ética profesional que como agentes del orden deben tener y cumplir hacia la población ya que estos ganan por los impuestos pagados por todos los ecuatorianos, pero unas cuantas prebendas que engordaban sus cuentas bancarias a más del saqueo a nivel ciudadano que una gran parte de los POLICIAS cometen todos los días, a causado después de un gran conflicto por el restablecimiento del orden constitucional, que muchas familias inocentes queden desamparadas y cinco ciudadanos pierdan la vida en un acto de civismo público
Es claro y evidente que todas las personas tenemos derechos y obligaciones, y una de estas es el reclamo por mejoras a la vida, pero es injusto que una Institución que es capacitada para soportar agravios cometan estos terribles sucesos, por fundamentos y chantajes políticos, ¡acaso no se dieron cuenta que a los que estaban disparando y golpeando como (periodistas, estudiantes, padres de familia, etc.) son parte del pueblo que están obligados a proteger! .
El problema no es si los ciudadanos estamos a favor o en contra del Gobierno del Presidente Rafael Correa, sino las formas de actuar de un grupo de terroristas disfrazados de policías, que como pretexto de la eliminación de incentivos económicos institucionales como condecoraciones, canasta navideña, etc. Agredieron y dejaron desprotegidos a todo un pueblo, los mismos que fueron perjudicados ya que los delincuentes hacían de las suyas, mientras policías se tomaban las diferente vías del país, y trataron de eliminar al Presidente Constitucional de la República.
Pero es evidente que detrás de estos acontecimientos partidos políticos de oposición al régimen y grupos externos como la Central de Inteligencia Norteamérica (CIA) respaldaron los acontecimientos que un grupo de delincuentes disfrazados de reivindicadores sociales por mejoras a un salario maltrataron y traicionaron a todo un país.Por este motivo no se debe permitir que los acontecimientos suscitados el día jueves 30 de septiembre queden en la impunidad, solo recordemos los sucesos del golpe de Estado que con similares características se dio en Venezuela en un 11 de abril de 2002 y la posterior masacre.